Este caballero según cuentan las crónicas cuando tenía un dolor de muelas, salía a pasear, y aquella madrugada le dolían los dientes, asi que salió a dar un paseo, desde Cuatro Caminos, más o menos a Moncloa. Después contó otra versión, parece ser que estaba con una mujer, al dejarla, se encontró dormido y junto a la carretera de la Coruña, cerca de Moncloa y con la piedra en la mano. Así que el diario vespertino El Alcazar publico varios artículos sobre el suceso el 5, 7,8 y 9 de febrero de 1955. El prebistero Severino Machado un libro sobre el tema titulado " Los platillos volantes ante la razón y la ciencia " narrando los hechos, los estudios, adelantando interpretaciones sobre los nueve símbolos dibujados en la piedra...fue como diríamos hoy todo un acontecimiento.
20 de noviembre de 1952, contacto de Adamski en California , EEUU.
17 de noviembre de 1954, Sanmartín se encuentra con la piedra que dice entregarle un marciano.
Año 1955.Se publica el hecho San Martin en el Alcazar.
Aunque Sanmartín formó parte de la " Sociedad de amigos del espacio " o BURU, fundada por Sesma Manzano, emigro a Brasil, se llevó su piedra que no fue analizada en profundidad.
Severino Machado, sacerdote, publica un libro, que hemos citado, cuyo último capítulo se titula " La religión y los platillos volantes " en el año 1955, dedicado a la piedra de Sanmartín.
Fue vista por el profesor de mineralogía Pedro Garcia Bayón Campomanes, pero como él dijo fue " un ver pasar" pues no pudo analizarla en profundidad, así que su informa preliminar es " que se trata de un no mineral, sino de un cuerpo compuesto, cuya composición se ignora; que tiene sabor salado, pero no tiene sales de cobalto; y que es en parte soluble y en parte no ", por lo que me diran que es un informe un poco raro, o lo parece, pero es lo básico cuando cogemos una muestra, la degustamos, la miramos con lupa, algún rascado lo pasamos por un mechero de alcohol... de ahí que diga que no tiene cobalto, pues la piedra aquella debía tener una cierta tonalidad azul... es una constante de muchas investigaciones, que no son tales, que la perdida de datos, de pruebas, es imperdonable; pero a muchos no les interesa a veces saber la verdad. Con su piedra, quizá con los consejos de Sesma y de otros miembros de Buru, aquello fue el detonante de lo que vendría después.
Ya en España se barruntaba la importancia o la actualidad de estos temas tan novedosos.
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